Y aún con miles de problemas encima, mi sonrisa se dejaba ver entre la lluvia, entre los días grises que me rodeaban. Y quise saltar y reir y bailar bajo las gotas de lluvia que mojaban mi pelo. Supe sacar el lado bueno al lado malo, supe sacar sonrisas de lágrimas, risas de llantos y supe salir de casa siempre con la mirada firme, fuerte. Quizá no sea de hierro, pero aún con mil gritas, soy irrompible.
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