Cuando dices te quiero a una persona, le estás dando un trocito de tí. Le estás rebelando parte de tus sentimientos, y de una u otra manera, le estás dando el poder de destruirte. Aún así, hay personas que confían en que nadie les destruya, en que nadie use ese poder contra ellos; ingenuos...
Yo, tras haberle confiado mis te quiero, y tras haber sido destruida, me veo rota frente al espejo. No, ya no soy la misma. Ya nunca doy ese poder a nadie, ahora escondo todos esos sentimientos que me hacen ser el blanco perfecto, el centro de la diana. Quizá parezca que no tengo corazón, o quizá ya no lo tengo. Me cansé de pegar los pedacitos. Aprendí que es mejor guardarse todo lo que te hace parecer débil.
Al fin y al cabo, no se puede romper un corazón roto.
martes, 28 de mayo de 2013
domingo, 26 de mayo de 2013
jueves, 23 de mayo de 2013
miércoles, 22 de mayo de 2013
Nada podrá conmigo.
Parece que ahora todo empieza a mejorar. Después de la tormenta más larga de mi vida, empiezo a ver el Sol asomar entre las nubes. Empiezo a sentir el calor, se acabó el frío que tanto me calaba. Se acabaron las noches en vela, empapada de lágrimas, sufriendo en silencio; ahora es hora de reír a carcajadas, de gritarle al mundo que sobreviví a otra batalla, que gané a todas las decepciones. Y es que cuando tocas fondo, no te queda otra que ascender. El tiempo curará mis heridas, otros besos me curarán de tus besos, el vodka me salvará de los recuerdos y el humo, de la realidad. Volaré bien alto, tocaré las estrellas, ya llegará el momento de volver a caer.
Ya llegarán más tormentas que me pillarán sin paraguas, ya me empaparé de agua salada, volverán esas noches tan frías y tú volverás a estar lejos, pero no te preocupes, yo jamás podré rendirme.
Ya llegarán más tormentas que me pillarán sin paraguas, ya me empaparé de agua salada, volverán esas noches tan frías y tú volverás a estar lejos, pero no te preocupes, yo jamás podré rendirme.
sábado, 18 de mayo de 2013
A prueba de balas.
Me enfrenté a miles de mentiras, de decepciones, de falsas esperanzas, de traiciones, de besos envenenados, de miradas engañosas... pero aquí estoy, en el campo de batalla, con más de mil heridas incurables. Aunque muchas veces pensé que no podía, seguí adelante, con lágrimas en los ojos y el corazón atrofiado.
Y aún con miles de problemas encima, mi sonrisa se dejaba ver entre la lluvia, entre los días grises que me rodeaban. Y quise saltar y reir y bailar bajo las gotas de lluvia que mojaban mi pelo. Supe sacar el lado bueno al lado malo, supe sacar sonrisas de lágrimas, risas de llantos y supe salir de casa siempre con la mirada firme, fuerte. Quizá no sea de hierro, pero aún con mil gritas, soy irrompible.
miércoles, 15 de mayo de 2013
Quisimos ser y no fuimos.
Hoy llueven todas mis ganas de luchar.
Me dejé la piel y ahora escuece. Supongo que ahora debo darte las
gracias por esas pequeñas dosis de felicidad que me regalaste, por
esos pequeños besos que sabían a ansia de eternidad. Supongo que
las cosas no podían salir bien.
Prometiste quedarte conmigo, pero ahora
me veo sola, en esta habitación, pensando en qué hacer para poder
coser toda la tela descosida, unir por los bordes y arreglarnos.
Poder fumar cigarrillos sin escondernos, echando el humo justo antes
de probar tus labios, y quién me iba a decir que iba a ser la última
vez que pudiera tenerte cerca.
Que alguien me conceda un deseo, un
único deseo, y pediré que retiren todos los límites que me impiden
amarte sin medida, sin mentiras y sin escondrijos. Sin que se acelere
el corazón cada vez que oímos el motor de un coche, y que nos
tiemblen las manos si no estamos solas.
Quizá necesite de ti muchas veces,
pero también se quizá que no estarás, que encontrarás a alguien
que te de una felicidad continua, sin intermitentes, sin límites,
sin nada más que sonrisas.
Pero antes déjame demostrarte que
puedo quererte por encima del tiempo, de la distancia y de todos
aquellos besos que nunca te he dado. Déjame demostrarte que no es
mentira, que seguiré luchando hasta conseguir tu presencia.
No dudaré un segundo si decides seguir
en pie, si decides quererme otra vez, si decides no quemar todas mis
cartas.
Espérame, princesa.
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