Todavía hoy tengo un sinfín de amaneceres por entregarte. De sonrisas cómplices que saben perfectamente hacerse felices. No me digas que no has echado la vista atrás, y viste cómo el odio se fue convirtiendo en interés, cariño, pasión, amor... Y si no, párate un momento, para y mira cómo hace tan sólo un año tú y yo ni si quiera pensábamos si quiera en hablar. Cómo yo eliminé de mi pensamiento tus besos y tú me eliminaste de tu vida, y lo dejamos todo como un sueño a medias, del que dimos por supuesto que el final llegó.

Pero no fue así.

 Pasaron los días, semanas y meses. Ya ni si quiera recordábamos nuestros teléfonos. Pero el destino te volvió a poner en mi camino. Nos volvimos a cruzar. Del odio pasamos a una inocente amistad, yo ya estaba enamorada de otros ojos, y tú seguías dándonos por imposibles. Renunciamos al deseo infinito de volvernos a querer. Aparcamos nuestros sueños en el bulevar del olvido. 

Pero lo que no sabíamos era que lo mejor estaba por llegar. El destino nos tenía preparada una sorpresa.

 Pasó aún más tiempo, y yo me desenamoré de aquellos ojos verdes. Dije adiós al -casi perfecto- amor que me marcó; mi primer amor. Dejé de creer en Cupido, en los catorce de febrero, en todas esas muestras de amor que la gente se hace; el amor me parecía la mayor pantomima que nadie había conseguido crear. 

Y entonces, llegaste tú.

 Lo que ambos desconocíamos es que lo imposible sólo tarda un poco más en llegar. De repente, sin comerlo ni beberlo, me encontraba a dos milímetros de tu boca, y casi podía respirar de tu aire. "Qué locura." , pensamos. Nos apartamos. Pero en aquel mínimo instante en que casi nos besamos, algo se accionó. Sin quererlo, en nuestros corazones algo hizo click. Ahora era el momento, aquél momento que nosotros nos limitamos a olvidar.

 Poco a poco te fuiste convirtiendo en besos en el cuello, sonrisas robadas, sueños, ilusión... El destino se puso de acuerdo y nos unió de nuevo. 

'' Al primer amor se le quiere más. A los que llegan después, se les quiere mejor. ''

 Y así fue. Fuiste robándome el corazón hasta convertirme en plenamente tuya. Me has hecho una persona mejor, me has llenado de ilusión y cariño y has sabido arreglar todos mis pedazos rotos. Ambos hemos aprendido juntos que lo que tiene que ser, será, y nosotros está claro que estábamos destinados a ser.